TODO EN LA DUALIDAD. DOS EN UNO. EL UNO EN NADA.
Esta frase en latín expresa la Creación misma y su consecuente retorno al estado original. El desdoblamiento de la Energía Primordial en sus dos polaridades para crear y nuevamente volver a crear, esa Pareja Primordial expresada a través de los mitos. El paso de la unidad primigenia a la diversidad, con sus sucesivos desdoblamientos en el natural proceso de complicación de las energías en su descenso. El universo como manifestación de la creación, se hace participe de la dualidad creadora, expresando ésta su doble vertiente luz-oscuridad. La oscuridad se convierte en la matriz que fecundada por la luz primigenia, facilita la proliferación de la diversidad. “Lux in tenebris lucet” (la luz brota de las tinieblas).
De la unidad se pasa a la diversidad, quedando completado el ciclo con el retorno de la diversidad a la unidad. Para el retorno al origen se requiere por tanto la unificación de esta polaridad creadora, responsable de la diversidad que configura el universo.
22. “Jesús vio a unos pequeños que mamaban. Dijo a sus discípulos: Estos pequeños que maman son semejantes a los que entran en el Reino.
Le dijeron: Entonces, ¿haciéndonos pequeños entraremos en el Reino?
Jesús les dijo: Cuando hagáis de los dos uno y hagáis lo de dentro como lo de fuera y lo de fuera como lo de dentro y lo de arriba como lo de abajo de modo que hagáis lo masculino y lo femenino en uno solo, a fin de que lo masculino no sea masculino ni lo femenino sea femenino,… , entonces entraréis [en el Reino]”.
106. “Cuando hagáis los dos uno, llegaréis a ser hijos del hombre. Y si decís: Monte, arráncate, se arrancará”.
Le dijeron: Entonces, ¿haciéndonos pequeños entraremos en el Reino?
Jesús les dijo: Cuando hagáis de los dos uno y hagáis lo de dentro como lo de fuera y lo de fuera como lo de dentro y lo de arriba como lo de abajo de modo que hagáis lo masculino y lo femenino en uno solo, a fin de que lo masculino no sea masculino ni lo femenino sea femenino,… , entonces entraréis [en el Reino]”.
106. “Cuando hagáis los dos uno, llegaréis a ser hijos del hombre. Y si decís: Monte, arráncate, se arrancará”.
(Evangelio de Tomás. Textos Gnósticos. Biblioteca de Nag Hammadi)
Derecha e izquierda, arriba y abajo, superior e inferior, la síntesis de la doble polaridad nos hace candidatos al Reino del estado original. El cruce de las fuerzas masculina y femenina moviliza la Fuerza fuerte de toda fuerza que permite la fusión con el Ser.
Recordemos la frase que dice “la diversidad es la unidad” para entender que la esencia de la Unidad reside en todo lo que existe. Todos aquellos que deciden desarrollar esta Esencia Primordial, logran participar de esta unidad que se expresa a través de la diversidad de un universo manifestado, volviéndose participes de la Creación misma. El secreto reside en el cruce de las mismas fuerzas que pusieron en marcha la Creación.
¡Que los Dioses reencarnados nunca tomen mujer si Osiris-Ra no la toma! ¡Que las Divinidades femeninas no se desposen con varón alguno si Osiris-ra no lo aprueba! -dicen los ritos egipcios de los tiempos antiguos. La vorágine de la creación se desata cuando se produce el connubio de ambos polos. Lo indiferenciado perdiendo su cualidad, se presenta polarizado para crear. Un tercer polo se produce como resultado, desencadenando la manifestación y poniendo en movimiento la Ley de Causación.
La Unidad queda diferenciada en la dualidad (OMNIA IN DUOBUS). La toma de esposa, la unión de la pareja, deja atrás ese estado de unidad perdida para dar paso al inicio del proceso de recuperación de la unidad. La pareja en connubio se convierte en un solo ser arropado por las mismas fuerzas que engendraron la Creación. Esta unión, convertida en mística, anima las mismas fuerzas internamente en ambos, haciendo que las dos polaridades se conviertan en una (DUO IN UNO). Recuperar esta unidad confiere la posibilidad de integrarse en el seno del Padre Absoluto, más allá de la manifestación, donde no habiendo nada que pueda generar diferenciación "todo es" (UNOS IN NIHILO).
Los textos gnósticos revelan el paso de esta dualidad a la unidad, la liberación de la luz atrapada en la materia, previa purificación de la misma. Purificar la propia luz es indispensable para lograr hacer “de dos uno”. La Gnosis muestra el conocimiento liberador para acceder a los misterios que purifican la luz propia y así poder alcanzar la reconciliación con el Ser y lograr restaurar la condición original, la Unidad Absoluta.