La mecánica de la Creación está regida por leyes. El Karma es una Ley que rige los efectos de nuestras causas, ley de acción-consecuencia. El Dharma es una Ley que se asienta en el equilibrio y la unificación. El Dharma compensa el Karma. Todo son energías, relaciones de estas y equilibrios de fuerzas. Lo consciente gobierna lo mecánico. El secreto está en la CONCIENCIA.
“Las consecuencias de
nuestros pensamientos, sentimientos y acciones
crean nuestro karma”.
Este universo multidimensional está regido por leyes. Estas mantienen el orden de mundos en necesario equilibrio, estableciendo un continuo reajuste a base de compensar los posibles desequilibrios. Teniendo en cuenta esto, deducimos pues que debe haber algo formulado como ley que compense los desequilibrios que se puedan introducir. Algún principio debería entonces de asentar las bases del balanceo del peso que supone el efecto de una causa desequilibrante, compensándolo con el peso de su propia consecuencia. Dicha compensación se obtendría regresando esta última directamente sobre el origen que la generó.
Toda energía en este universo en manifestación tiene una cualidad común, y es la de tener grabado en su código de información el origen de donde partió. Nada puede evitar que tarde o temprano regrese a su origen, con la salvedad de que regresará cargada de las consecuencias de los efectos que produjo. Esto último asienta esa compensación en el balanceo del posible desequilibrio generado, configurándose como causa a modo de generador de nuevos efectos en su regreso al origen. Estos efectos regresando al origen establecen lo que conocemos como Karma o Ley de acción-consecuencia basada en causas y efectos.
Existe karma de mundos, de naciones, de familia, etc., y cómo no, de personas. Toda fuerza movilizada o energía puesta en acción tendrá una u otras consecuencias. Cuando estas consecuencias interfieren negativamente en el equilibrio ordenado de la manifestación multidimensional de esta Creación, a las condiciones resultantes sobre la fuente de origen le llamamos karma. Si su causa está acotada en origen en la estructura de una nación, ese karma pertenece a esa nación, si está acotado en la estructura de una persona, entra dentro del karma individual de esa persona. Karma es un elemento de compensación, ni bueno ni malo, que va configurando las estructuras del entorno donde nos movemos. Como los seres humanos desgraciadamente nos hemos alejado del equilibrio de las leyes de la Naturaleza y del Cosmos, nos creamos karma por ignorancia.
Por el contrario, cuando las consecuencias colaboran en mantener y aumentar el equilibrio y la unificación de todas las cosas dentro del orden cósmico, entonces se enmarcarían dentro de la definición de lo que conocemos como Dharma.
Si aceptamos que hay un principio consciente e inteligente gobernando el orden del Cosmos y la Naturaleza, es fácil entender lo siguiente: “el Dharma compensa el Karma”, por lo que vemos así que el karma no es algo fijo e invariable. En el balanceo de compensación, puede ser retribuido por el peso de las consecuencias del Dharma generado, con mayor eficacia cuanto más se mueva en la misma naturaleza original de la causa que creó ese karma. Esto es Ley…
Toda energía en este universo en manifestación tiene una cualidad común, y es la de tener grabado en su código de información el origen de donde partió. Nada puede evitar que tarde o temprano regrese a su origen, con la salvedad de que regresará cargada de las consecuencias de los efectos que produjo. Esto último asienta esa compensación en el balanceo del posible desequilibrio generado, configurándose como causa a modo de generador de nuevos efectos en su regreso al origen. Estos efectos regresando al origen establecen lo que conocemos como Karma o Ley de acción-consecuencia basada en causas y efectos.
Existe karma de mundos, de naciones, de familia, etc., y cómo no, de personas. Toda fuerza movilizada o energía puesta en acción tendrá una u otras consecuencias. Cuando estas consecuencias interfieren negativamente en el equilibrio ordenado de la manifestación multidimensional de esta Creación, a las condiciones resultantes sobre la fuente de origen le llamamos karma. Si su causa está acotada en origen en la estructura de una nación, ese karma pertenece a esa nación, si está acotado en la estructura de una persona, entra dentro del karma individual de esa persona. Karma es un elemento de compensación, ni bueno ni malo, que va configurando las estructuras del entorno donde nos movemos. Como los seres humanos desgraciadamente nos hemos alejado del equilibrio de las leyes de la Naturaleza y del Cosmos, nos creamos karma por ignorancia.
Por el contrario, cuando las consecuencias colaboran en mantener y aumentar el equilibrio y la unificación de todas las cosas dentro del orden cósmico, entonces se enmarcarían dentro de la definición de lo que conocemos como Dharma.
Si aceptamos que hay un principio consciente e inteligente gobernando el orden del Cosmos y la Naturaleza, es fácil entender lo siguiente: “el Dharma compensa el Karma”, por lo que vemos así que el karma no es algo fijo e invariable. En el balanceo de compensación, puede ser retribuido por el peso de las consecuencias del Dharma generado, con mayor eficacia cuanto más se mueva en la misma naturaleza original de la causa que creó ese karma. Esto es Ley…
Lunes 17 de septiembre 2018 de 19:30 a 21 h.
«ALT BENESTAR»
C/ Cuenca nº 6. Valencia.
Jueves 20 de septiembre 2018 de 19 a 20:30 h.
«ASOCIACIÓN VAIROCANA»
C/ Tomás de Villarroya nº 11. Valencia.
Lunes 24 de septiembre 2018 de 19 a 20:30 h.
«LIBRERÍA VERDE»
C/ Padilla nº 6. Valencia.
Jueves 27 de septiembre 2018 de 20 a 21:30 h.
«ASOCIACIÓN TANIT»
C/ Albacete nº 1, pta. 2. Valencia.
Organiza: INSTITUTO GCU
Información: 618 495 412 / info@institutogcu.org
ENTRADA GRATUITA (Aforo limitado)
«EL CONOCIMIENTO NOS HACE LIBRES»