Lo real de nuestras
vidas son nuestros estados interiores. En estos encuentros practicamos
ejercicios en contacto con la Naturaleza para mejorar estos estados. Los
ejercicios de respiración consciente y de relajación, la
mantralización, la meditación, etc., deberían de ser cosas habituales en
nuestras vidas si queremos tener el control de nuestros estados
internos y elevarlos lo más posible. En las alturas está nuestro origen.
Los estados de conciencia elevados nos ponen en
comunión con nuestra verdadera realidad. La vida no tiene sentido para
el que no busca su verdad. Hacer descansar el sentido de la vida en lo
material y banal conlleva sorpresas tarde o temprano, genera
desesperanza y sufrimiento. En cambio, ir descubriendo la realidad
interior de una conciencia que cada vez es más consciente de sí,
sintiéndose en comunión con la Conciencia Universal de Vida, alimenta una esperanza y confianza que nada puede desmontar. Somos
conciencia y la conciencia es luz. Hagamos pues Luz dentro de nosotros.